Estoy segura que muchos de nosotros soñamos con una vida plena, saludable y llena de bienestar. Y cuando llega el diagnostico de una enfermedad crónica es como un fracaso en la vida, un baldazo de agua fría que nos bloquea y no sabemos para donde disparar. Titulamos a esta nota: El poder de nuestro cuerpo para sanar
Empiezan las preguntas: ¿Por qué a mi? ¿Qué hice mal? ¿Cómo voy a superar esto? ¿Será difícil? ¿Sobreviviré?
Le empezamos a echar la culpa a la genética, a la falta de tiempo, a las creencias limitantes o los problemas de la vida.
Pero nosotros, trabajamos en ese bienestar que buscamos? En esa calidad de vida que que queremos?
Quiero contarles por un lado que la epigenetica ha demostrado que solamente el 5% de las enfermedades son puramente genéticas. El 95% restante depende de nuestro estilo de vida.
Eso no significa que las enfermedades no puedan ser hereditarias. Todos tenemos genes heredados, pero de ahí a que esos genes manifiesten la enfermedad depende del entorno celular. Tanto el ambiente, como la alimentación, la mente y el estilo de vida influyen para que ese gen se Exprese. Por lo tanto, el 95% de las enfermedades son prevenibles.
Ahora, ¿Que pasa si la enfermedad ya se manifestó? ¿No tengo cura? ¿Vale la pena modificar nuestro estilo de vida?
Por supuesto que si. Ya que al cambiar nuestros hábitos, evitamos que la enfermedad progrese y nos siga consumiendo.
Yo vengo a darte esperanzas asegurándote que el cuerpo tiene la misma capacidad para enfermarse como para sanar. Que si mejoramos nuestro estilo de vida de forma integral y logramos el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, podemos revertir cualquier enfermedad. Y no es magia, es ciencia. Medicina, Biología, Neurociencias, física cuántica, todas se combinan para explicar el poder de nuestro cuerpo, al cual estamos subestimando.
Más sobre: El poder de nuestro cuerpo para sanar
Por supuesto que nadie puede asegurarte que te vas a curar, porque ponemos en las manos de otro el compromiso de sanarnos, y la responsabilidad es pura y exclusivamente nuestra. De nadie más.
Pero ¿Cuántas veces hemos escuchado de personas que se han curado de enfermedades que creían eran para toda la vida? No hay mejores ni peores médicos, lo que le falta a la medicina es nuestro compromiso, nuestra responsabilidad, aprender todas las maneras que tiene el cuerpo para revertir hasta la peor situación.
Es hora que tomemos las riendas de nuestra salud y empecemos a ocuparnos de nuestro bienestar antes de que sea demasiado tarde. Porque el poder de nuestro cuerpo para sanar requiere de nuestra ayuda, de nuestra consciencia plena y responsabilidad para lograrlo.
